viernes, 13 de septiembre de 2013

El hombre de paja





Soy un error genético. Un fallo de la ciencia una mutación.
Nunca aparezco en una gráfica, y en mi D.N.I. pone anormal.
Mi madre nunca me daba el pecho, siempre me daba la espalda.
Si con mi padre me iba a pescar, siempre hacía yo de cebo.

Escucho risas si quiero ligar.
Recibo insultos si salgo a bailar.
Si me desnudo te hago vomitar.
Me presentaré...

Soy el rey de la inseminación.
Soy un bote en un congelador.
Soy el padre de tus hijos.
Soy… el hombre de paja.

Soy el hombre de paja.
Mi venganza se sirve caliente.

Rechazado por la sociedad del cuerpo 10, de la vanidad.
Pero a la hora de fecundar, no sabéis que ando detrás.
Mis genes nada saben de moda ni de salas de belleza.
Mi semen es de la mejor calidad, 100% asegurada.

Escucho risas si quiero ligar.
Recibo insultos si salgo a bailar.
Si me desnudo te hago vomitar.
Me presentaré...

La sociedad nos impone unas normas de belleza que van contra natura, en los medios de comunicación y por presentadores del corazón. Perfección y pureza en revistas de salud con truquitos y mil dietas...¡mienten! el club de los guapos (todos los méritos son del cirujano).
Arrugas, y patas de gallo, bien disimuladas por potingues muy caros; negocio redondo jugar con los feos, pero la venganza está en botes pequeños.
Festival en el banco de semen, un atentado usando tus genes, atácale donde más les duela, una nueva raza saldrá de tu esperma.

Soy el hombre de paja.
Mi venganza se sirve caliente.

                                        Ak 97. 'Ensayo sobre la sordera'

Como cada noche; como cada noche; como cada noche...

Cada noche me despierto pensando en el olvido, en lo que hice y en lo que dejé de hacer, y nunca me arrepiento.

No me arrepiento de aquella vez en la que el mundo me daba grima y recelé de mis convicciones para adentrarme en otras corrientes que me llevaron al colapso.

No me arrepiento del dolor que causé a aquella gente cuando dijeron: ¡no lo hagas! y lo hice sin conciencia.

No me arrepiento de la desidia que desprendí aquella noche y que llenó aquella sala y que envenenó a aquella gente, que todavía se pregunta si aquello fue pesadilla o el final de sus deseos.

Tampoco me arrepiento de aquel día en que te amé, probé el fruto de tu vida y te odié hasta el infinito por no poder tenerte cada día y noche a mi lado, ni poder saborear las mieles de tu ser cada noche.

No me arrepiento de mi egoísmo, como tampoco me arrepiento de mi ira y mi vergüenza. No me arrepiento de tener el alma enclavada en este cuerpo y a su vez en este mundo.

No me arrepiento de haberme acostado con la muerta en aquella habitación de dolor, en aquella cama de sufrimiento en la cual tuvimos un orgasmo de violencia y acabamos con la vida de los indecisos, los vanidosos, los lujuriosos, los perezosos, los creyentes y los seres inferiores que en ese momento de clímax vimos como el todo. (Tampoco me arrepiento de no haber llevado preservativo y ser el padre del futuro dios del mar).

No me arrepiento de la alegría que me dio la noticia de tu muerte y por pudor no me reí cuando estabas en el féretro.

Me gustaría poder decir que me arrepiento de la tristeza que flotaba en tu mirada provocada por mis actos de lujuria y ansiedad. Pero nunca me arrepiento, y me duelen las entrañas, y el dolor se vuelve amargo, y me escuecen las miradas pero... como cada noche me despierto pensando en el olvido, en lo que hice y en lo que dejé de hacer, y nunca, nunca me arrepiento.

"HELP"
Junio de 1998