NOTA DEL AUTOR: Para esta quinta entrega del club de escritura, se partió de una premisa: Todos los párrafos debían empezar por la palabra "YO"; y esto es lo que salió.
Yo no pude evitarlo, tuve que hacerlo, ustedes me
obligaron a hacerlo. No tuve opción. Había miles de oportunidades para
evitarlo, para acabar con todo lo que sucedió, pero ustedes decidieron derramar
su sangre y la mía.
Yo, que caminaba inane entre ustedes, fantasma
humano, errante, sin alterar el curso de todo y nada; ustedes me acorralaron en
una esquina y solo me dejaron una escapatoria. Tenían la decisión en sus manos
pero no supieron ver las señales de socorro, y ahora esas manos están manchadas
de sangre que jamás podrán lavar.
Yo, que nunca infringí daño alguno, ahora soy crucificado
como Jesús; colgado, dejándome ser desangrado para entretenimiento de ustedes.
Yo que he vivido aterrorizado todo este tiempo,
presa del miedo, ahora me elevo como ángel exterminador. Justicia para los
impuros, salvación para los justos.
Yo, que he sentido como violaban mi alma y
desgarraban mi corazón; que he sufrido la tortura de mi conciencia y el
martirio de mi voluntad. Ustedes rompieron al hombre, ustedes dispararon
primero. Fue su decisión.
Yo, que intenté ser eslabón de cadena, pieza de
engranaje, uno entre la multitud, ahora soy despreciado. Puse todo mi esfuerzo
en comprenderos, para no desentonar en la escena. Me dejé la piel para salir en
la foto, atrás, donde viven los segundones. No quería gloria, eso es para
otros, solo pedía el calor de uno sólo de los rayos que ustedes desprendían en
su elitista popularidad; y hasta eso me arrebataron. Saludos, sonrisas, miradas
de admiración…y qué recibo a cambio: la más absoluta repulsión.
Yo, insignificante forma, vida fútil sesgada por el
egoísmo de ustedes, que siempre pasé desapercibido. Ustedes me enseñaron a ser
patético, a ser humillado, a vivir una vida retorcida que ahora se extingue.
Yo quise correr, escapar, huir del dolor, pero ya no
pude más. No pude correr más aprisa, no pude continuar. Tuve que hacerlo por
mis hermanos y hermanas, por mis hijos y mis hijas, por todos ellos.
Yo no tomé este camino, fueron ustedes los que me lo
enseñaron y me empujaron a él. Caprichosos, superlativos, insectos
inmerecedores de la vida que disfrutan y de la que abusan. Yo ahora les
mostraré el verdadero camino, y el mundo será testigo del nacimiento de un
nuevo Mesías.
Yo hoy les enseñaré lo que se siente cuando te
escupen a la cara y ahogan con basura tu garganta. Yo les enseñaré lo que se
siente cuando eres obligado a escarbar tu propia fosa. Yo les enseñaré lo que
se siente cuando mueres cada día, cuando te degüellan año tras año, cuando te
queman vivo.
Yo hoy me sacrifico como Jesús. Gracias a ustedes
muero como Jesús. Para ser inspiración de futuras generaciones, modelo y guía
de pobres y débiles, hoy muero como Jesús.
Yo no quise que esto pasara, pero ahora debo cumplir
con mi obligación; Él me ama y gobernará mis actos hacia la excelencia y la
redención de los infectos; yo soy su instrumento y la verdad se alzará sobre la
podredumbre.
Yo hoy viviré eternamente, y ustedes lo recordarán.
C.S.H.
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